Y cuando todo el mundo se iba y nos quedábamos los dos entre vasos vacíos y ceniceros sucios,
qué hermoso era saber que estabas ahí como un remanso, sola conmigo al borde de la noche, y que durabas, eras más que el tiempo,
eras la que no se iba porque una misma almohada y una misma tibieza iba a llamarnos otra vez a despertar al nuevo día, juntos, riendo, despeinados.
que ayer sólo eras toda hermosura
eres también todo amor, ahora.
La última frase,
ResponderEliminarla sacaste del libro "Con cariño, para mi novia"? de chusma nomás, viste?:$